Un filme que parece dirigido por Christopher Nolan, pues contiene un argumento bastante bien pensado que por ocasiones recuerda a una de las grandes cintas del director británico, Memento. En este caso nuestro protagonista es un empleado de una fábrica. Por lo que se ve, no se encuentra en su mejor estado físico ni psicológico. Al parecer lleva un año sin dormir, y a causa de ello está sumamente flaco, por no decir esquelético. La cosa se complica ( aún más) cuando ocurre un accidente laboral en el cual él está implicado. Todo a partir de ahí se va poniendo todavía peor para el pobre prota, que no gana para disgustos. La trama es tan interesante que te mantiene despierto durante los 100 minutos que dura su visionado. Lo más destacable a mi parecer, aparte de la gran interpretación de Christian Bale, es la habilidad con la que el guion nos hace creer que nos lleva por un camino cuando realmente nos conduce a otro totalmente distinto. La historia está muy bien pensada y además logra ser entretenida. Menuda actuación por parte de Christian Bale, a quien desde siempre he considerado un buen actor, pero después de verlo en esta película ya lo considero un muy buen actor. No habrá sido sencillo conseguir ese cuerpo tan delgado expresamente para este papel. Eso refleja la enorme implicación que tuvo el artista galés. Si no me equivoco fueron 30 kilos los que perdió para protagonizar El maquinista. Los personajes secundarios no brillan mucho, salvo en ocasiones muy puntuales, aunque tampoco es algo para quejarse demasiado. Puedo asegurar que este metraje es un thriller puro que no tiene fallos ni lagunas por mucho que rebusques. Una buenísima producción que ahonda sobre la complejidad de la mente humana.