No me esperaba mucho de esta película teniendo en cuenta que es una producción de Netflix. Sin embargo, en cuanto supe que quien estaba tras las cámaras era Shawn Levy, que hace un año nos ofreció la notable Free Guy, precisamente junto a Ryan Reynolds, que también aparece aquí, pensé que podría tratarse de una propuesta interesante, y no me equivoqué. Es cierto que no es ninguna maravilla, eso está claro, pero dentro de lo que cabe, da un digno entretenimiento que es consciente de sus limitaciones. El visionado contiene ciencia ficción, comedia, aventuras y acción. Con esta mezcla parece complicado que no te sientas atraído por El proyecto Adam, aunque, como se suele decir, para gustos, los colores. Para mi sorpresa, el film cumple notablemente en el apartado visual; las escenas de lucha con sus efectos especiales no decepcionan lo más mínimo. Algunos pasajes recuerdan bastante a Star Wars. No obstante, las referencias al cine ochentero no terminan ahí, ya que los viajes en el tiempo hacen alusión a Regreso al futuro y Terminator. De hecho, hasta los personajes mencionan dichas sagas en algún momento. El reparto está correcto, pero creo que se desaprovecha a algún que otro personaje secundario. Reynolds está en su línea habitual, es decir, un héroe de acción carismático y chistoso. Del resto hay que destacar al debutante Walker Scobell, el cual da vida al protagonista secundario. Dejo constancia de que no estamos ante una cinta inolvidable, es más, como esta hay tropecientas. Así que hablamos de un producto normalito que se deja ver. Levy es un especialista en el cine familiar, y aquí no se desvía de ese camino, por lo tanto, El proyecto Adam es una buena opción para sentarte delante del televisor de tu casa y pasar casi 2 horas con tus seres queridos.