Realmente me esperé más de esta cinta en su día porque el género de fantasía me suele agradar y creí que se parecería algo a Un puente hacia Terabithia, pero que va. Y ojo, pues no es en absoluto un mal producto, de hecho, tiene cosas rescatables, de las cuales hablaré en breve. Hay que tener presente que estamos ante una película de un claro tono infantil y/o familiar, y eso provoca que no se la tome tan en serio durante su visionado, algo que resta puntos por muy generoso que uno sea. El villano está tremendamente desaprovechado, intentan que sea atemorizante, pero por desgracia no lo consiguen. En cuanto a los personajes humanos, creo que son de lo mejor del film por transmitir emociones muy realistas en varias ocasiones, aunque en eso consiste su trabajo, claro está. Vemos a un todavía joven Freddie Highmore en un papel doble que sabe manejar, a una valiente y aguerrida Sarah Bolger, a Nick Nolte en uno de sus roles más cortos y olvidables y a una Joan Plowright que destaca pese a no aparecer demasiado en pantalla. Los efectos visuales convencen y nos ofrecen momentos de enorme fantasía. Para el recuerdo queda el bonito mensaje que hace referencia a la unión familiar. En fin, una lástima que la historia del filme no estuviera muy bien trabajada porque con los elementos que tenía a su disposición se pudo hacer bastante más, de ahí que opine que esta película es eficiente, pero mejorable.