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Voto de Juan Roures:
9
Romance. Drama. Comedia Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura. (FILMAFFINITY)
6 de octubre de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado 50 años desde que "Desayuno con diamantes" fue extrenada en cines, pero sigue siendo una película de referencia tanto para los críticos y especialistas, como para públicos de todas las edades y partes del mundo. La excelencia de dirección (Blake Edwards) y guión (George Axelrod) logran la sutilidad necesaria para crear un film tan inteligente como entretenido que se aleja del tono trágico de Truman Capote para presentar su propia esencia.

Desde el maravilloso inicio en la joyería Tiffany´s, donde Holly desayuna mirando el escaparate, hermosa muestra de sus ansias de riqueza y, a la vez, de su irresistible infantilidad. Audrey Hepburn no interpreta a Holly, se convierte en ella. Su imagen en este film ha sido plasmada hasta la saciedad, pero es el corazón del personaje lo que esta actriz excepcional recrea con tanto estilo como acierto. Nadie podría pasearse con esa gracia por una fiesta con un vestido negro (perfecto toque de Givenchy, fiel aliado de la actriz) que ha marcado historia y un cigarrillo tan interminable como mítico. Sólo ella puede transmitir con credibilidad esa adorable ingenuidad al arreglarse para visitar en la cárcel a "un dulce anciano al que dar la predicción del tiempo por 100 dólares".

La película muestra una historia de amor poco convencional que atraviesa etapas tan originales como interesantes. Ambos protagonistas son refugio del otro (la escena en que ambos se acurrucan en la cama es tan acojedora como tierna); ambos se necesitan, pero ella, ocupada en atraer a ricos, no se da cuenta. Sólo alguien tan atractivo (exterior e interiormente) como George Peppard podría dar vida a una pareja creíble. Una pareja perfecta. Juntos, recrean el amor, a la vez que algunas de las escenas más cómicas de la historia del cine, como cuando ambos roban en un "todo a cien", cuando exigen algo por valor de 10 dólares en Tiffany´s o cuando, tras ser expulsados de la biblioteca, Hepburn afirma con su gracia habitual que la joyería es un lugar mucho más agradable.

En ocasiones la historia puede resultar un poco tonta, pero eso es parte de su encanto; es pura poesía, algo claramente reflejado por la inolvidable banda sonora de Henry Mancini. El momento en que Audrey canta "Moon river" en la ventana (mantenida gracias al empeño de Hepburn, pues el productor trató de cortarla) es a día de hoy una de las escenas más nostálgicas y bellas que el cine ha regalado al mundo. Los sendos Oscars otorgados a la película en estas dos categorías no pueden ser más merecidos.

"Desayuno con diamantes" se ha hecho un hueco en la historia del cine. Pero más importante aún es el hueco que ha llenado en nuestros corazones.
Juan Roures
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