Muy agradable cinta de drama ligero que retrata el drama de la vejez de forma simpática pero sin caer en lo frívolo y aborda las relaciones familiares con profundidad y sutileza. Una excelente fotografía y gran manejo de los planos, además del recurso del blanco y negro hacen que resalten las emociones y que la atmósfera se impregne de una sensación de compasión y ternura por la historia que se cuenta. Los personajes son entrañables, sin tener momentos de sobresalto o demasiada intensidad, ni siquiera contando con gran personalidad, consiguen agradar bastante. La química entre todo el elenco es muy buena, especialmente las escenas entre padre e hijo transmiten bastante, con mérito también para la banda sonora y para Bruce Dern que hace un papel absolutamente impecable. La emotividad y el drama, al igual que los momentos cómicos, nunca son forzados, todo se desenvuelve con mucha naturalidad y autenticidad, sin caer tampoco en el cliché o los golpes bajos. Al final no resulta una historia extraordinaria y los temas tampoco son originales, pero tiene sabor agradable y ameno que se sostiene durante toda la película y deja un buen recuerdo. Muy recomendable.