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México México · morelia
Voto de mikealeks:
7
Drama Lee Chandler (Casey Affleck) es un solitario encargado de mantenimiento de edificios de Boston que se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal tras enterarse de que su hermano Joe ha fallecido. Allí se encuentra con su sobrino de 16 años, del que tendrá que hacerse cargo. De pronto, Lee se verá obligado a enfrentarse a un pasado trágico que le llevó a separarse de su esposa Randi (Michelle Williams) y de la comunidad en la que nació y creció. (FILMAFFINITY) [+]
25 de octubre de 2016
63 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
El drama de un hombre marcado por la perdida y la tragedia, intentando sobrellevar la vida entre recuerdos de culpa y trámites funerarios, pareciera el viejo tema de sobreponerse ante la adversidad, sin embargo esta película nos muestra que unir algo roto es difícil o a veces imposible.

La historia se narra alternando escenas del presente con recuerdos del pasado que el protagonista evoca al enterarse de la ya esperada muerte de un familiar, sacando del baúl su triste pasado dándonos a conocer paulatinamente detalles sobre su vida y los que lo rodean, incluyendo a su sobrino que con su ímpetu y rebeldía adolescente lo confronta y lo orilla a la reflexión sobre sí mismo.

Casey Affleck brinda una actuación de mucha credibilidad, al interpretar un personaje melancólico y despojado de esperanza, que pareciera haber perdido las ganas incluso de llorar. Un papel muy atinadamente asignado a un actor que no brilla demasiado en su intensidad sino en los pequeños matices y en su capacidad de transmitir con el silencio y la contención de emociones.

Esta contención sin embargo –y ya que el peso dramático cae principalmente en el protagonista–, evita que la historia alcance algún pico emotivo que la vuelva demasiado memorable, no obstante se apega a su propia premisa de mostrar no un drama desgarrador (que lo hace por momentos), sino una historia de digerible amargura. Esta fácil digestión es apoyada por los varios toques cómicos, no en un sentido hilarante sino como frases mordaces que además de hacer llevadera la trama, acentúan un poco el aire triste. Pero tal aspecto demerita ligeramente en autenticidad; varias situaciones y escenas se notan armadas, diseñadas al servicio de un equilibrio, una emoción necesaria o un chiste oportuno, todo además con un guión imbuido por la tipicidad hollywoodense. Pese a esto, la naturalidad con que todo transcurre hace que, si bien no se percibe como una película hiperrealista, sea totalmente eficaz al momento de lograr lo que busca: retratar las difíciles relaciones familiares; conmover con el dolor reprimido; divertir con las situaciones cotidianas o el choque generacional. Sumándole la congruencia de los personajes, todo es un trabajo de consistencia argumental y temática. Por otro lado, la introspección psicológica es escasa y si bien hay emociones profundas, estas son evidentes por la situación, no hay un verdadero ejercicio de análisis o intimación, aunque tampoco hay esa intención. El drama es evidente pero contundente y con eso la cinta funciona a la perfección.

Algo muy positivo es el final, que es totalmente fiel al tono y el sentido del drama, al dejar buen sabor y ser igualmente triste, pero sobre todo al ser un final lógico, sin catarsis cliché ni arcos forzados, dejando –después de un drama que no impresiona–, un toque de realismo que dimensiona el trabajo de Kenneth Lonergan no como un acartonado panfleto esperanzador, sino como un intento de comprensión.
mikealeks
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