1) Modos de vida

Ghost dog es un asesino a sueldo que se rige por un código samurái del siglo XVIII y vive voluntariamente exiliado, en un ático rodeado de palomas. Lleva una existencia anacrónica fruto del espíritu de una era distinta a la que él vive.

Los mafiosos están en las antípodas del prototipo scorsesiano: son horteras, están en pésima forma física y son humillados continuamente. Viven con la mirada fija en una ventana de evasión: los dibujos animados de la TV.

La mafia, la cual tenemos como concepto fascinante y romántico, aquí es objeto de risa, y Ghost dog, que debiera ser un descontento y atormentado paria, mantiene un sano equilibrio interior y una firmeza ejemplar.

Jarmusch sacude nuestros esquemas y les da la vuelta. Parece lanzarnos una irónica pregunta: ¿lo extraño, es extraño por sí mismo, o porque la regla de normalidad os hace clasificarlo como tal?

2) Rap

RZA compuso la música tras ver la película despojada de sonido alguno. Los pasajes de Ghost dog al volante eran, en principio, mudos; pero el productor supo darles el respaldo necesario. No es casualidad: la música hip-hop, la de RZA, Wu-tang clan, Raekwon, Jeru the damaja o Public enemy, nació en la calle, es música callejera. El cine de Jarmusch, en esencia, también lo es. Creo que RZA lo captó de forma admirable. La simbiosis entre imagen y música es enorme.

3) Ecologismo

Las relaciones de Ghost dog con su entorno son absurdas y entrañables: una pizpireta niña pequeña, unas palomas, un heladero cuyo idioma no entiende... Su pequeño microcosmos es rocambolesco, pero funcional. Los afectos, parece decir Jarmusch, no son algo objetivo: la mirada de un extraño perro, en el momento oportuno, puede reconfortarnos más que cualquier cosa. No hay que ser prejuicioso con lo absurdo. ¡Los afectos son libres!

4) Transmisión de valores

"Recientemente caminaba por Nueva York con mi sobrino. Tiene poco más de veinte años, habla como un tipo de la calle, se viste como un rapero. Íbamos por la calle y vió que del bolsillo de un tipo medio gangsta asomaba un libro. Le preguntó qué libro era, y el otro se lo mostró: una novela de Hemingway. Él la había leído, y los dos chicos charlaron sobre ella largamente, comenzó una especie de debate verbal impresionante. Yo miraba un poco incómodo, porque a primera vista no parecía ni el lugar ni la hora para una conversación así. Al final hubo una despedida amistosa, y yo, bueno, tardé un poco en recuperarme. Quizás sea anecdótico, pero esta escena me pareció muy bella". Extracto de una entrevista a Jim Jarmusch.

Ghost dog le presta Rashomon a la pequeña Pearline. Al cabo de unos días, el heladero le comenta a Ghost dog que acaba de verla y que le ha recordado a él, por su forma de caminar, con un maletín en la mano.

La calle es un lugar tan bueno como cualquier otro para prestar un libro. Ghost dog no es eterno, ni la pequeña Pearline lo será; pero las enseñanzas del Bushido sí.

Gracias.