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España España · Zaragoza
Voto de JRC:
10
Animación. Aventuras. Comedia. Infantil Carl Fredricksen es un viudo vendedor de globos de 78 años que, finalmente, consigue llevar a cabo el sueño de su vida: enganchar miles de globos a su casa y salir volando rumbo a América del Sur. Pero ya estando en el aire y sin posibilidad de retornar Carl descubre que viaja acompañado de Russell, un explorador que tiene ocho años y un optimismo a prueba de bomba. (FILMAFFINITY)
2 de agosto de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquel solitario robot nos enseñó que tal vez la espera merecería la pena; que algún día ésta podría llegar a su fin; que mientras esperáramos podríamos refugiarnos en las pequeñas cosas y en los detalles ínfimos. Nos enseñó a no avergonzarnos de lo que somos y a que, quizá, lo que hagamos por los demás pueda tener recompensa. Nos mostró todo lo que envuelve las ilusiones, el anhelo de querer y ser querido.

Ahora, es esta película la que ahonda en todo ello y lo rescata del olvido. Son millones de colores, metáforas de ensueño, detalles infinitos, notas conmovedoras, genio en estado puro, fantasía exuberante, poesía en cada escena. Es parte de una historia.Y es una frase la que atrapa lo que más necesita el ser humano: el amor. Es hablar de una acera, de los helados comprados, de contar coches... Es un niño diciendo: "Aunque suene aburrido, sólo recuerdo las cosas aburridas".

Como sucedía en la hondísima Gran Torino, aquí vemos como el hombre más duro no puede resistirse a abrir la mano ante una caricia. Un anciano callado, para el que la vida adquirió todo su sentido cuando encontró el torrente de vitalidad que necesitaba. Una última prueba de su amor. Todos los objetos que fueron su hogar. Una casa que, al final, sólo era una casa... Y una chapita en su solapa que siempre estará pegada a su corazón. Es dificil que un objeto tan pequeño pueda representar tantas cosas, pero es cierto: al final sólo recordaremos sus ojillos cuando sonreía; su alegría en el día a día; su rostro al otro lado del cristal; la forma de sus hombros... Al final, sólo recordaremos las cosas aburridas.

Gracias por la aventura vivida. Ahora vive tú una nueva.
JRC
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