Sofría un poco de Funny Games, añada algo de Gran Torino, no escatime y ponga bien de Jake Gyllenhaal haciendo de Jake Gyllenhaal (atormentado y haciendo pucheritos, muy bien, como suele ser habitual), ponga todo ello a cocer a fuego lento (puede que, para algunos gustos, demasiado lento, pero los guisos con sustancia necesitan estar tiempo en la lumbre hasta que empiezan a burbujear). Una vez cocinado, presente a modo de ornamento sobre lecho de Mullholand Drive y nos resulta un plato que creemos haber probado antes, pero que tiene personalidad propia, buena presentación y hace pasar un buen rato al comensal.