La película es una absoluta genialidad, y no te queda más remedio que admitirlo una vez comprendes toda la historia, el problema es que esto es prácticamente imposible sin ayuda adicional exterior.

Y es que la mayor virtud de este proyecto, crear una historia de paradojas temporales realista, creíble y coherente también conlleva su mayor defecto, y es que a los ojos de cualquier espectador medio o no versado en estos temas le resulta casi imposible ver una vez terminada la proyección la lógica y tremenda coherencia de lo que ha visto, por lo que termina perdido, desorientado y con la sensación de haber visto una película rara, técnicamente pobre y bastante lenta y tediosa, con personajes que hablan marciano y con la vaga sensación que nada tiene sentido al ser incapaz de resolver semejante puzzle.

Pero una vez acudes a alguien o algo que te pueda aclarar las múltiples dudas, es decir, que te vuelva a explicar prácticamente toda la historia te das cuenta que lo que parecía un sinsentido es un ejercicio de lógica y precisión narrativa brutal, pero desgraciadamente, demasiado exigente con el espectador.

En definitiva, una película muy recomendable siempre que sepas a lo que vas, que difícilmente lograrás entender toda la historia, y que no está filmada pensando en entretener al espectador, pero cuyo segundo visionado, tras ordenar la historia, es una experiencia magnífica.