Si bien la animación es más bien modesta, con un sólo sombreado (en algún momento se añade un segundo, pero suelen ser planos estáticos), un guión fabuloso que sabe desarrollar prodigiosamente un argumento muy absorbente, la eleva a un nivel muy alto tanto dentro del genero anime como del cine en general.
Posee momentos angustiantes, sabe crear tensión, y toda la maraña que se desarrolla durante el tercer cuarto del metraje, que puede llegar a ser liosa de verdad, queda resuelta y explicada con exquisita fluidez en unos veinte minutos finales soberbios.
A destacar la escena de la violación, tanto por el desasosiego que provoca como por contener pistas subliminales y casi imposibles de observar a simple vista, pero que finalmente acaban por encajar con precisión en el fragmentado puzzle que es el guión.
Completamente recomendable tanto para amantes del anime como para áquel que no lo sea, pero avisando que contiene escenas de extrema violencia y de sexualidad casí explícita, que no la hacen aconsejable para los más pequeños.

Y aprovecho que se trata de la crítica a una peli buena (después de un par de decepciones), para saludar al señor Txarly en su regreso por estos lares, antaño lugar donde cinéfilos de todos los calibres dejaban su opinión, y hoy coto de caza para fusiladores de dudosa catadura.
Un olé por el regreso del sheriff, coño.