Drama demoledor e irregular a partes iguales, que narra la inexorable desintegración personal a la que se ve sometido Wade Whitehouse, policía chusquero en una pequeña ciudad de Nebraska, interpretado por un Nick Nolte en plena forma.
Lamentablemente el supuesto asesinato y la trama de corrupción del concejal que conforman la parte de thriller del film, no logra captar debidamente nuestra atención.
El verdadero interés de la historia en cambio, recae sobre la dañina relación de Wade con su progenitor (siniestro James Coburn), un maltratador alcohólico que ha dedicado su vida a hacer infelices a su esposa e hijos. La mente de Wade, el más débil e inestable, no podrá soportar el hecho de tener la terrible sensación de estar convirtiéndose poco a poco en el ser que más odia, su propio padre.