Celda 211 es lo mejor que he visto, en lo que a cine español se refiere, desde la también excelente para mi gusto "Salvador" de Manuel Huerga.
Con una estremecedora secuencia inicial en la cual es imposible no girar la vista en más de una ocasión, con una dirección y una fotografía acojonante, Daniel Monzón nos narra exquisitamente una historia sobre un motín en una cárcel española. Y dirige con maestría a un Luis Tosar imponente desde que aparece en pantalla hasta el último minuto y a un resto de reparto a un nivel que no se ve mucho en el cine español. Cabe destacar que el personaje de Alberto Ammann es un "crescendo" imparable hasta que termina el metraje.
Celda 211 da un lavado de cara al cine carcelario, es una bocanada de aire fresco a un género lleno de tópicos, y en el que quizá nos pensábamos que ya lo habíamos visto todo, pues parece que no.
El cine español agradece el bien que le hace Celda 211, pero no aprenderá de ella. Se seguirán haciendo porquerías con la intención de llenar salas para ver bomboncitos con hermosos culos y tetas sin importar la calidad del producto final, es lo que hay. Habrá que conformarse en que de vez en cuando entre tanta mala hierba aparezca una flor como de la nada.