Antes de nada hay que dejar los prejuicios a un lado, es posible una ficción nacional de calidad y esta es la prueba, muy lejos de las mediocridad general. Esta es una serie como la copa de un pino, con una trama interesante y absorbente que va de menos a más empezando por una presentación de personajes modélica un nudo interesante y bien narrado y un desenlace a la altura.
Pepe Sancho, el alma de la serie sin duda, esta inmenso, nadie insulta como el, con esa intensidad y énfasis, sus frases lapidarias son todas de traca, está imponente y convincente, un actor claramente desaprovechado y con pocos personajes a la altura de lo que podía ofrecer.
Su actualidad y retrato firme sobre la corrupción es de una precisión quirúrgica, 2 años después parece que la serie se adelanta a la basura política y corrupciones varias que presiden la actualidad.
Su brevedad, solo 8 capítulos, le permite permanecer siempre arriba, no traicionarse y mantener el nivel y a la vez ser 100% recomendable.