Una pareja joven y enamorada, deciden alquilar un piso, que a priori es magnífico, todo parece perfecto, ambos empiezan a ver sus sueños cumplidos, él obteniendo papeles importantes en su vida de actor y ella por fin viendo materializado su sueño de formar una familia pero de forma progresiva algo está afectando a la pareja, se palpa el alejamiento de ambos, poco a poco se adentran en una atmósfera en la que sólo se respira el mal.

Por más que intenta, la pobre Rosemary, que su marido no se aleje, no lo consigue y por más que intenta proteger, de forma casi obsesiva a su bebe, tampoco lo consigue, y la desesperación, decepción y agotamiento de ella es visible, tras el alumbramiento, pero no se queda ahí, no abandona, sigue luchando.

Escucha llorar "al bebe de los vecinos" y harta de escuchar mentiras, intenta averiguar, tras los carceleros que la custodian, pruebas para averiguar qué está pasando, contaminando la leche que en teoría no es usada y viendo la reacción de Laura Luis, ves en su rostro como ya sabe que él bebe que escucha llorar es el suyo propio.

El final, ese final, avanzando con el cuchillo, con la música de fondo.... es asfixiante.... el horror, la desesperación es totalmente visible, una vez pasado el shock, Rosemary termina acunando a su pequeño, aceptando pues, a su bebe, ese bebe tan deseado y amado por ella.

La interpretación de Mia Farrow es impecable, lo que más me gusta es esa combinación entre su apariencia frágil y desvalida, enfrentada con una personalidad fuerte, decidida, inteligente, que busca, investiga, y cuestiona lo que le dicen, se enfrenta a todos,intenta escapar, huir y cierto que no lo consigue pero ella sigue, incansable, incluso cuando la "convencen" de que su bebe ha muerto ella sigue intentando encontrar al bebe, guiada por el llanto que escucha y al encontrarlo, aunque horrorizada, aún así, termina rendida antes su hijo, el único que la derrota es pues, "El bebe de Rosmary".