¿Qué importa que la historia sea inverosímil y la fantasía inunde la mitad de sus escenas?... Cuando el resultado es MILLONES, el resto desaparece para alojarse en el corazón.
Alex Etel dibuja la resistencia de un niño delicioso, natural, espontáneo, directo, con la sinceridad y dulzura de aquello que el tiempo todavía no ha mancillado.

Nunca me he sentido próximo a la bondad de metacrilato; solo cuando surgen emociones que son tan intensas como la vulnerabilidad que provocan, tropezamos con la verdad... La de unos niños que han perdido a su madre y soportan el dolor a través de la búsqueda de un sencillo beneficio, que les compense mínimamente de esa pérdida irremplazable.
Me emocionó en algunos momentos; hallé honestidad y fortaleza; siempre a través de los esfuerzos de esos críos para construir ese lugar idílico... y en apariencia real.