Sophia Loren es una mamma madura italiana, admiradora del Duce, que se conserva estupenda para pasar los 40 y los 6 partos. Marcello es un hombre solitario y elegante que vive en el piso de enfrente y que no se relaciona con sus vecinos.

Cuando Hitler hace una visita de cortesía a Roma. El edificio se vacía para asistir a tan magno acontecimiento. Por casualidad nuestros protagonistas coincidirán brevemente. Y Sophia que lleva con dignidad como puede los cuernos de su rudo y mal amante marido, se sentirá atraída por ese hombre callado, desconocido, culto y que imagina con cierta sensibilidad especial. Así que hará lo posible por alargar los cafés o las tendidas de ropa en ese lapso de una mañana de prestada libertad e independencia. Pero para su desgracia Marcello no parece demasiado entusiasmado, ni por el fascismo ni por sus encantos de mujer.

Y esto y poco más es la película. La soledad de dos almas tan contrarias pero a su vez tan cercanas. Una película intima, de actuaciones y sentimientos. Incómoda para su época en todos los aspectos, valiente y sorprendente incluso en la resolución de la relación entre los personajes de Sophia y Marcello.

SI no la valoro mejor es porque en determinados momentos hay situaciones que se pasan de histriónicas con ese hombre tan culto pegando voces por la escalera cual cani de hermano mayor, por determinados momentos baja el ritmo e interés y la resolución de la historia quizás quede demasiado fría e incluso fallida. No obstante es un film muy disfrutable que merece nuestra atención.