Lo reconozco: suelo ver lo justito de cine español. El 90 por ciento de lo que se produce es tan desnaturalizado, con tantos problemas de dirección de actores y de dicción interpretativa, que lo patrio me echa para atrás. No obstante, hace poco me atreví con "15 años y un día" y me agradó sin sorprenderme, pero este "Hijo de Caín" mejora aun más ese título.

Todos los actores están a un nivel en buena forma, y en especial, el protagonista, David Solans, hace un papelón de chico problemático y enigmático que espero le caiga mínimo nominación a algún Goya.

Parece que el cine español está madurando y dejando atrás su precario infantilismo, con guiones más elaborados y que consiguen conectar con la realidad del espectador.
Una inyección de buen cine que se hace patente en esta cinta, con una historia que juega al escondite sentimental, y que acaba sorprendiendo.

Sólo echo de menos mayor frescura de cotidianiedad, mayores rasgos de naturalidad en la vida diaria de una familia acomodada, un aspecto en el que el cine americano es un maestro, pero aquí aun andamos en ropa interior, falta transmitir más esa intimidad diaria de las personas y de las familias de forma más creíble para el espectador.

A falta de esa frescura no le podría dar un notable alto al film, pero se queda cerca sin duda.
Recomendable, mas incluso que otras cintas llenas de "stars" en la cartelera actual, como la intrascendente "Malavita", o estupideces como "The Collection", porque al cine español también hay que darle su oportunidad, que se le está ganando con creces.