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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
4
Ciencia ficción. Thriller Cuando su novia desaparece, un hombre mudo (Alexander Skarsgård) se adentra en el sórdido submundo de un Berlín futurista (año 2056), donde sus acciones hablarán sin necesidad de palabras. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2018
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Irregular film de cine negro ambientado en un futuro distópico y sórdido, donde un Berlín futurista se transforma en el Berlín de la República de Weimar, del film "Cabaret", un Berlín perverso, decadente, más próximo a Sodoma y Gomorra. En esa ciudad vive un amish mudo (¡toma ya!) de ideales puros que convive con una compañera del trabajo de dudosa moralidad y trabajan en un local de copas y algo más. La desaparición de la chica y la búsqueda por parte del camarero inicia una espiral de violencia y muertes que parece no terminar nunca.

Raro, raro y fallido film. Unos personajes desagradables a juego con esa sociedad de proxenetas, pervertidos, medicos corruptos, mirones, viciosos, prostitutas y prostitutos, burdeles, donde el personaje principal, aparte de mudo, parece limitado mentalmente, recordándonos a "Forest Gump" en la manera de andar y sorprenderse, algo absurdo si lleva años viviendo en ese Berlín caduco. ¿Qué pinta ese personaje en Berlín? ¿Cómo ha acabado ahí? La historia es innecesariamente enrevesada y confusa, llena de demasiados personajes, quizás innecesarios, algunos ni te acuerdas quienes son cuando los mencionan de nuevo, y que recuerda más a un videojuego por su linealidad en la historia, pasando pantalla a pantalla.

A su vez el filme parece tener varios finales, haciéndose extremadamente largo y pesado en sus varias resoluciones. La ambientación esta lograda, con esa extraña mezcla de tecnología punta y vehículos a gasolina o camas de madera, recordando tremendamente al primer (y único) "Blade Runner".

Las interpretaciones también son irregulares, debido a la cantidad de matices de los que se dota a los mismos. Todos son tremendamente complejos, lo que complica aún más el seguimiento de la trama. Sorprende Paul Rudd, al que no reconocí bajo ese bigote setentero y la camisa a flores y decepciona la interpretación del personaje del camarero mudo, Alexander Skarsgard, quizás porque es un personaje nada, pero que nada, creible, completamente artificioso y postizo. Y ese es el principal error en la historia: el protagonista.
Quinto Sertorio
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