Qué cosas. Una buena película, un thriller interesante y exótico, al estar situado en la Antártida y lo fríen tanto la crítica como el público. Y no entiendo porqué. El material de partida, un cómic de Greg Rucka, es bueno; el reparto está bastante bien, con ese impagable Tom Skerritt, que, como Lance Henriksen, se apodera de la pantalla en las secuencias que interviene. Y la dirección cumple holgadamente. Sin embargo, la trituraron.

"Terror en la Antártida" es un mal título español que desmerece al original y engaña al espectador. Aquí no hay terror, pero de alguna manera quieren emparentar este filme con la maravillosa "La cosa"(J. Carpenter, 1982), por cuanto hay misterio asociado a algo desenterrado, los protagonistas se desplazan en avión de una base a otra, hay muertes horribles y extrañas, el asesino está entre los miembros de tu base. Y puede ser cualquiera. Aquí no hay monstruos multiformes, pero tendremos un asesino despiadado con piolet y algo de gore. Las escenas de acción están bien rodadas y son muy imaginativas, sobretodo cuando hay ventisca y están fuera de las bases, pareciendo que se encuentren en algún inhóspito planeta peligroso. De hecho, cada vez que abren una pesada puerta con una cerradura con rueda, parece que estés abriendo una puerta de una nave espacial y te enfrentarás a algo alienígena. Y es que la Antártida, al menos la que presentan, es el ambiente más extraterrestre que hay en este planeta.

Con todo tiene alguna secuencia innecesaria de cara a la galería, como el tímido striptease de inicio con la Beckinsale, completamente innecesario, visto el desarrollo del filme, sin ningún flirt romántico.

El conjunto es un buen filme de intriga y aventura, equilibrado, con las dosis necesarias de tensión y acción, buenos efectos especiales y un guión que construye personajes interesantes. Una pena su fracaso.