Simpática peliculilla de acción cafre y humor negro que viene a ser el resultado de meter en la batidora cualquier spaghetti western (por lo del colgao desharrapao que llega en tren a una ciudad controlada por un malo malísimo con el que acabará teniéndolas tiesas), las pelis de justiciero de Charles Bronson de los 80 (por lo del viejales que se lía a tiros para meter en vereda a unos delincuentes descontrolados) y lo más granado del catálogo de la Troma (por la ultraviolencia disparatada, los malos como de tebeo, y el humor negro) y adobar el mejunje resultante con algunos guiños a pelis como "Braindead", "Street trash" o "Posesión infernal".

El resultado no es excesivamente original, claro. Ni es una magna obra que vaya a hacer historia en ningún género. Pero tiene nervio, tiene humor, es ágil, es entrañablemente salvaje a ratos, es muy entretenida en su conjunto, y cuenta con un Rutger Hauer en plena forma en el papel del indigente justiciero de la escopeta. Qué más le vamos a pedir.