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España España · Asturias
Voto de Xano:
8
Intriga. Drama Los vecinos de una pequeña población rural de Pennsylvania viven atemorizados por culpa de unos extraños seres que habitan en los bosques circundantes. Saben perfectamente que para salvarse deben cumplir escrupulosamente ciertas reglas: evitar que vean el color rojo porque los atrae, mantenerse alejados del bosque, donde esperan agazapados la llegada de alguien, y obedecer la campana de alerta, que indica que se acercan a la aldea. (FILMAFFINITY) [+]
1 de octubre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me parece que me voy a unir al selecto grupo de espectadores que no terminan de entender demasiado bien cómo una película como ésta puede ser tachada poco menos que de bazofia simplemente por haber cometido el (para algunos) imperdonable error de presentarse ante el gran público a través de una campaña publicitaria deliberadamente tramposa. Y digo yo ¿había alguna posibilidad de vender esta película de otra manera? Si no quieres chafarle la guitarra a nadie es necesario meter al espectador en el mismo mundo en el que viven los personajes, por lo que cualquier pista que pueda favorecer el desvelamiento del misterio es poco menos que una guarrada para el público aún mayor que los puntos de giro de la historia, amén de un suicidio comercial en toda regla. Ojo, no digo que no me pueda poner en la piel de todos aquellos que, creyendo que iban a ver una simple película de terror (también hay que tener poca perspectiva para creerse semejante cosa después de haber visto las anteriores películas de Shyamalan, pero bueno), terminaron atragantándose con las palomitas y el refresco de rigor a medida que la trama iba desvelando su cartas. Pero películas con monstruos antropófagos hay muchas, quizá demasiadas, y todas bastante trilladas y previsibles, mientras que fábulas tan originales y bien pensadas como ésta, muy pocas.

Lo mejor: la historia, probablemente una de las mejores de Shyamalan; los actores, en especial Bryce Dallas Howard; la fotografía, realmente hermosa; la bellísima partitura compuesta por James Newton Howard, que pone los pelos de punta; las múltiples lecturas que se pueden hacer sobre ella siempre y cuando la indignación no nos haga tacharla automáticamente de basura impresentable.

Lo peor: aparte de alguna que otra bajada de ritmo hay que reconocer que en un par de escenas es necesario tener fe en lo que Shyamalan te está contando para poder creértelo.
Xano
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