Después de un puñado de excelentes películas, Clint Eastwood nos sorprende con una de las películas mas maravillosas que jamás he visto. Llena la gran pantalla con enormes dosis de sensibilidad y emoción con una historia tan sencilla como llena de matices. Meryl Streep está fantástica, la fotografía es soberbia y la historia es delicada y fuerte a la vez donde las palabras se equilibran con los gestos y miradas. Nada sobra en esta OBRA MAESTRA que glorifica a su director para quedarse definitivamente en el Olimpo de los Dioses.