Recuerdo cuando vi esta película, allá en el mundo pre-pandemia. Había llegado el día del estreno de la nueva de Quentin. Al fin me dije, algo que ver en un universo fílmico dominado por el CGI y los superhombres (no precisamente nietzscheanos, ¡signo de los tiempos!). Entusiasmado, me animé a romper mi presupuesto, y antes de ir a la función me di un pequeño gusto culinario, mientras ya alucinaba con la nueva Pulp Fiction, sólo que esta vez la vería en la pantalla grande...

De más decir, decepción y con mayúsculas. Solo que si a la mayor parte le pareció larga, a mi me dio la impresión de que nunca había comenzado. ¿Ya está? ¿Ya acabó? ¿Y la irreverencia marca Tarantino? No supe por dónde coger esta película, y lo que es más triste, ni siquiera cuándo hacerlo. No había conexión entre las escenas más allá de los actores compartidos. Un diálogo desangelado. Hasta ahora, ningún track de la banda sonora que recuerde. Incluso el momento Bruce Lee le salió por la culata al buen Quentin (¿o eso es lo que quería quizás?). En resumen, no se sabía de qué trataba todo. Con todo eso en contra, la última parte simplemente ya no pegó. Pulp Fiction era también un conjunto de historias separadas, pero el conjunto te daba cierta sensación de continuidad, y sin necesidad de tener a dos superestrellas en la misma película.

La paso como regular, lo cual no es mucho dado el panorama actual (no ha cambiado exactamente desde el 2019) del cine. Sin embargo, no le he perdido la fé al director. No estaba en su mejor momento simplemente, o quizás apresurado en terminar sus 10 películas. Mala idea limitar con un número la creatividad . Esperamos la próxima Tarantino, y como siempre la duda estará a tu favor.