En el universo Marvel/Netflix The Defenders es la consecuencia lógica de toda la continuidad mostrada hasta ahora en este miniuniverso Marvel más de andar por casa, sin la grandilocuencia (ni la inversión económica) de unos Avengers o un Spiderman. Después de unos cuantas temporadas mostrándonos a los héroes low-cost, todos los fans esperábamos esta reunión como el mejor punto y aparte posible. Además se esperaba que este supergrupo aprovechase lo mejor de las dos apuestas que salieron bien (Daredevil y Jessica Jones) y potenciase algo las dos que se quedaron un poco flojillas (Luke Cage y sobre todo, Iron Fist)

Y Netflix/Marvel cumple. Los personajes son carismáticos y ya conocemos sus historias, sus peculiaridades y sus habilidades. Y la inclusión de los secundarios de cada serie le da un poco más de empaque a la historia, hipervitaminada cuando aparece Sigourney Weaver en pantalla (que lujazo para una serie de TV poder contar con la mítica teniente Ripley en su espléndida madurez).

La historia, con la omnipresente The Hand como adversario polimórfico e imprevisible, está bien pensada y va aumentando su interés y su ritmo a medida que avanzan los capítulos. Con unos cuantos giros de guión muy bien dosificados y un aire general de producto bien hecho.

Y sin embargo, The Defenders no llega al sobresaliente porque se queda corta en muchos aspectos. Es corta en el terreno meramente físico, con sólo ocho episodios cuando Iron Fist se fue a los trece en su primera temporada teniendo muchísimo menos que contar.

Se hace corta también en su aspecto formal. Es duro decirlo, pero es la primera de todo el ciclo en que se nota que los recursos, por mucho dinero que tengan Netflix o Marvel, son los que son, es decir, limitados. Por primera vez se hace evidente que esto no es una superproducción para el cine. Que es una serie grabada para la televisión y que cada dolar cuenta. En las anteriores entregas eso se disimulaba con la excusa de que no son superhéroes convencionales y que no iban a verse rayos, naves espaciales ni robots gigantescos. Que eran historias urbanas lo más "realistas" posibles. Y eso funcionaba, especialmente con Jessica Jones, por ejemplo. Pero aquí hablamos de cuatro superhumanos juntos, luchando de forma abierta con una megaorganización criminal. Y sin embargo, la serie anda justita de acción, de peleas y de efectos especiales. Lo que más abundan son los diálogos, infinitos diálogos entre todos los personajes porque hablar es más barato que destruir edificios y además le da fondo "dramático" al asunto. Lo cierto es que en las casi ocho horas de temporada The Defenders hablan muchísimo entre ellos y con los secundarios. Pero pelear, lo que se dice pelear, lo hacen... dos veces. Y algunas escenas de efectos especiales dan un poco el cante, para ser sinceros...

Y finalmente, se queda corta en lo narrativo. Parece evidente que esto podría haber dado mucho más de si y que el cierre es un poco apuradillo. Seguramente la idea es no agotar todos los cartuchos en esta primera temporada y que quede tela que cortar en las siguientes, pero al acabar el último episodio se le queda a uno una cierta cara de "¿Y ya está?"

Sin embargo, es una gran serie que hará las delicias de cualquier fan marvelita y que pone el listón muy alto. Es altamente recomendable (junto con Daredevil y Jessica Jones) aunque no seas especialmente seguidor del universo creado (entre otros) por Stan Lee