Esta es la única película de Sandra Bullock que creo que vale la pena verse.
A pesar de estar llena de clichés típicos de películas de deportes y de drama, a pesar de que en algunas partes de la película se busca el corazón del que la ve de forma demasiado descarada y directa, a mí me ha gustado. Por una vez la Bullock hace de algo que no es ella misma y que requiere al menos un pequeño nivel de interpretación. Y resulta que no lo hace mal.
Tengo que decir que soy fan de las epopeyas deportivas, de esas películas basadas en hechos reales que hablan de afán de superación, de perseverancia y de triunfo. Y esta lo tiene todo.
Fútbol americano, sentimientos y alguna risa mezclada. Para mí más que suficiente para que terminase la película (para mis sorpresa!) contento con el rato que había pasado.