Técnicamente es sobresaliente. Aunque en realidad es una película convencional, una secuela que no supera a la original.
Tiene un tono de película de espías que no está muy conseguido, y su bipolaridad con las carreras por el mundo no ayudan demasiado. Un discurso muy confuso.
A pesar del encanto de estos autos, la saga del coche se queda en un segundo peldaño dentro de la escalera PIXAR.
La ambientación y el ritmo son apabullantes, aunque flaquea en su emoción. Algo que PIXAR sabe exprimir hasta el infinito, y más allá.
Por otro lado, a Mate que no lo nominen como secundario, es el verdadero protagonista del film.