"En realidad, nunca estuviste aquí" (You Were Never Really Here, 2017), de Lynne Ramsay. El vengador solitario que sobrevive mortalmente herido por acontecimientos del pasado y que solo encuentra salida a través de algún acto heroico (éticamente reprobable o no), es un personaje tan recurrente en el cine y en la novela negra, que difícilmente una nueva vuelta sobre el mismo va a sorprendernos. Ahora bien, el envoltorio atmosférico en el que se desarrolla la historia, con un soundtrack potentísimo y definitivo para indagar en el tormento interior de este tipo, y la originalidad de la trama (la segunda "búsqueda" aparece de forma inesperada), hacen que el visionado sea sumamente recomendable, pese a que referencias como "Taxi Driver" o "Get Carter", o la serie Parker de Donald Westlake (y de Darwyn Cooke!!!), sea, quizá, demasiado evidentes en Joe, el tipo interpretado por Joaquin Phoenix. O el primer "Dirty Harry", el de Siegel, donde ya estaban los secuestros de menores y la desprotección (si no implicación, como es este caso) que ofrece el sistema y la familia, o películas "nocturnas" como "Nightcrowler" o "Prisioneros", también con el horror añadido de que sean niños las víctimas.