Parece mentira que llevemos casi 35 años tragándonos películas basadas en cómics, de las cuales muy pocas han dado la talla, salvándose tan sólo las dos primeras de Superman, los Batman de Tim Burton y el Batman de Nolan, Spiderman, y otras que personalmente me parecen buenas como Constantine o Hellboy.
Pero Sin City, es la reina de las adaptaciones del cómic, es la única que realmente no parece un guión hecho entre bollos y café. Y es que si la historia de Frank Miller ya era de la gran calidad, la intervención de los directores más exclusivos, independientes, originales y gamberros del cine actual no hace más que incrementar la calidad de la cinta.
Una certeza extrema al transformar las viñetas en fotogramas, una estética melancólica y a su manera románticamente patética (que recuerda mucho a la estética de Blade Runner), y una dureza surrealista que entretiene como si en lugar de vez una película estuviéramos leyendo unos de estos cómics, son las principales armas que esta película posee para encandilar al espectador, y realmente lo consigue.
Quizás lo más reconfortante es que al fin se haya hecho justicia con Frank Miller uno de los mejores artistas del cómic que existen, ya que sus anteriores trabajos llevados al cine son bastantes insustanciales y aburridos.
4 y 1/2 sobre 5.