La gran peli de terror del año pasado que pasó de tapadillo y hay que ver pero ya (olvídate de It Follows y compañía). Malrollera hasta el paroxismo, esta peli la tiene. Me refiero a la atmósfera, lo más difícil de hacer en el cine que da miedo. Y la atmósfera de este largometraje tiene la capacidad de hacer que te cagues encima por un guión que muta cada veinte minutos y que parece que va de una casa encantada, pero luego da la impresión de que es una peli de monstruos, para luego engañarte pensando que es de posesiones...Un no parar. Al matrimonio con bebé protagonista les pasa de todo y hacen de su sufrimiento, el tuyo, porque pasarás hora y media angustiosa sin apenas efectos especiales y con muy poca sangre, aunque dentera sí que da en más de una ocasión (ese ojo atravesado por no se sabe qué). Lo mejor; no hay trampas ni trucos ni efectos de sonido para asustar; es terror del bueno, del de verdad. Mucho estás tardando en verla.