Una serie que al principio es refrescante pero que está más o menos enfocada es con la Ley de Milo Murphy en donde un chico que lleva su mismo nombre tiene la estirpe de Edward A. Murphy y gracias a su infalible ley en donde tiene que lidiar con sucesos desafortunados. A pesar de cargar con su mala suerte, es optimista y tiene sus mejores amigos en el que le ayudan a mitigar su desdicha: Melissa Chase y Zack Underwood. Hay personajes recurrentes que toleran y no soportan la mala onda que lleva Milo: el guardia de cruce Elliot Decker, los compañeros Bradley Nicholson, Amanda López y Mort Schaeffer, y Chad; sus padres, su hermana y su mascota canina Martín, Briggette, Sara, Diogge, respectivamente. Hay personajes ficticios que aportan a la serie como lo son: el Dr. Zone, Vinnie Dakota y Balthazar Cavendish. Los demás personajes, tienen su criterio para apoyar o ignorar a Milo Murphy.
El escenario que trabajan es el mismo del memorable animado Phineas y Ferb por lo que pierde gracia. Curiosamente, ese mismo escenario donde Phineas y Pherb eran los genios de la construcciión, la de Milo Murphy sólo generaba desastres. Pero me consuela que los diálogos estuvieron medianamente acordes con la historia y por su puesto el argumento pasable que desarrolla cada historia por si Milo Murphy por fin le puede pasar algo bueno al igual que su familia, amigos y enemigos.
Por lo tanto, la ley de Milo Murphy fue una serie pasable en donde un chico normal trata de pasarla bien pero tiene que cargar la mala suerte que les puede afectar a él y a su alrededor independientemente si le caen bien o mal. Lo que importa es tener actitud positiva y creer en sí mismo haciendo el bien y no mirar a quién.