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España España · Segovia
Voto de pikuet:
6
Drama Basada en la vida del Dr. William Marston, psicólogo y teórico de Harvard, quien ayudó a crear el detector de mentiras y el famoso personaje ficticio de la Mujer Maravilla. Esta película muestra parte de la relación poco convencional que compartió con dos mujeres: su esposa Elizabeth (Rebecca Hall), y Olive Byrne, una alumna de William que invita a la pareja a una hermandad femenina, en donde exploran y comparten ideas sobre sexualidad ... [+]
9 de junio de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vidas pasadas interesantes y diferentes es lo plantea esta biografía sobre el hombre qué invento el polígrafo, que a la vez dio vida a la superheroina más famosa de América y a su moderna familia.
La película esta bien ambientada, bien contada y tiene un reparto muy apropiado. Tres personas que se salen de la norma moral impuesta por la religión con ganas de descubrir, de investigar y de inventar.

LuKe Evans resuelve bien su papel de padre, marido, científico, inventor, transgresor y depravado. Rebecca Hall realiza una gran actuación de esposa inteligente y moderna. Pero en mi opinión el personaje con más profundidad y con más encanto es el de Olive Byrne, interpretado por Bella Heathcote que hace honor a su nombre acaparando la pantalla con su rostro angelical.

La historia sobre la vida sexual de nuestros abuelos, no me parece interesante para hacer una película, ya planteo algo parecido el biopic sobre Alfred Kinsey. Lo que me parece realmente interesante es el hecho de que William Moulton Marston con su idea de la sexualidad y el bondagen influyera en una generación de lectores de cómics intentando y quizás consiguiendo educar sus mentes en la dirección del sadomasoquismo y la dominación como parte del juego sexual. Plasmando en un cómic sus filias y sus teorías que no triunfaron, como el modelo Disc con sus teorías sobre la sumisión y el dominio que necesitan las personas para sentirse bien en un lado o en otro. Supongo que tiene algo de sentido, incluso a niveles políticos, no solo en parejas y no solo en el sexo.

Pero al final ,igual que le ha pasado a otros creadores, su personaje crece mucho más que ellos y les deja de pertenecer. Ahora Wonder Women es de todos y aunque sus descendientes tuvieran los derechos, la cultura popular se ha apropiado del personaje y lo que para unos es un símbolo del feminismo, para otros puede ser una inductora al bondage y para otros muchos un inocente superheroe.
pikuet
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