A dos metros bajo tierra es, como bien dicen muchas personas, la mejor serie de televisión que se ha hecho nunca. Y también tiene el mejor final. Todo va unido, la síntesis de esta serie es romper los tabúes sociales: enfermedades mentales, homofobia y, de manera especial, la muerte. La brillantez de Allan Ball es que nos sumerge en diversas tramas de la cotidianidad de la vida de unas personas, con el telón de fondo continuo de la muerte. El hecho de cada capítulo comience con una muerte solo nos induce a la trascendencia implícita que hay durante todas las temporadas. Nos metimos en la intimidad de los Fisher gracias a la vulnerabilidad de la muerte que tiene lugar en el primer capítulo (la del padre de familia) y, a partir de ahí, ya no salimos de ella. Comprendimos los cambios de la vida como si fueran nuestra propia familia, vimos cómo avanzaron o terminaron relaciones amorosas, se hizo una oda a lo real narrado de una manera atractiva, con un envoltorio que bien podría estar en el catálogo, cada vez más lujoso, de la funeraria de los Fisher. A dos metros bajo tierra es la serie que mejor explica qué es la vida y, para ello, no necesita recurrir a ningún efecto especial, ni a ningún ser mitológico, no. Se basta en el día a día de mucha gente que es como ellos, con la única diferencia de que aquí, los tabúes quedaron afuera en la calle.

Por eso es la serie de temática LGTBI con mejor nota media de Filmaffinity, porque no estaba destinada a eso, sino a hablarnos de la vida (y a integrar en su discurso todo tema incómodo). Tampoco se centra en la muerte, ni en las enfermedades mentales (otros tabúes que saca a relucir) y, sin embargo, es la serie que mejor retrata las relaciones LGTBI, las enfermedades mentales y la muerte. ¿Por qué? Por su naturalidad, aquí lo que ves es real. Verás muchos muertos, pero eso no será lo que más miedo te da. Quizás tampoco te de miedo morir. Tendrás que descubrir, viéndola, qué es lo que más miedo da. Yo lo tengo claro y no tiene nada que ver con zombies, ni con cadáveres, ni con hoyos en la tierra. Y ya sabes, si quieres saber cómo es la vida de alguien, pregúntale acerca de la muerte.

Ninguna serie fue más transgresora que "A dos metros bajo tierra".