Y es que es cierto, la historia se repite. No es que tenga nada en contra de Blancanieves, pero ya lo dice el dicho: “lo poco gusta y lo mucho cansa”. Un dicho que desde luego no convence a los productores y/o directores de Hollywood, que parecen encontrar en el popular cuento de la niña blanca como la nieve, roja como la sangre y negra como el ébano una inagotable fuente de inspiración. Muchas madrastras se han mirado ya en el mismo espejo y han pronunciado la frase “Espejito mágico, espejito de oro ¿Quién es la más bella de todo el contorno?”

Desde la clásica versión de Disney hasta la sosa miniserie para televisión de 2001 protagonizada por Kristin Kreuk, pasando por “Los cuentos de las estrellas” de Shelley Duvall (con una impagable Vanessa Redgrave en el papel de la vanidosa y pérfida madrastra) y la interesante y poco valorada “Blancanieves: Un cuento de terror” con Sigourney Weaver y una bellísima y desconocida Monica Keena en el papel de Blancanieves. Pero este año 2012 se lleva la palma. Porque a falta de una, tenemos tres versiones para hartarnos de manzana envenenada y de la famosa frase “De vuestra belleza estáis orgullosa, pero Blancanieves es aun más hermosa”.

Esta es la segunda versión de este año, antes de ver a Maribel Verdú frente al espejo en un melodrama gótico ambientado en el sur de España de los años 20. “Blancanieves y la leyenda del cazador” es una película oscura con ribetes dramáticos interesante, que funcionaría bastante bien, a no ser por un pequeño pero no insignificante detalle: estamos en junio. A estas alturas del año todos (niños y adultos) deseamos la luz, el color y la alegría de la que se nos priva en invierno y, por ende, deseamos películas cómicas y/o románticas que nos hagan reír y disfrutar, huimos de los dramas. Por ello resulta chocante, fuera de lugar y casi pedante ver una película fría, oscura y sombría donde reina cualquier cosa menos la luz y el color. No me malinterpreten: la película en sí está bien hecha, tiene buenos efectos especiales y sólidas interpretaciones, amén de poseer a la más hermosa, seductora y sexy madrastra de todos los tiempos: Charlize Theron.

Las comparaciones siempre son odiosas, pero a veces necesarias. “Mirror, mirror”, la versión en clave cómica de Tarsem Singh que desde el principio competía a brazo partido con “Blancanieves y la leyenda del cazador” está a años luz de la calidad de ésta última, y es que su histrionismo e infantilismo resultaban algo más que cargantes a la pantalla, toda su fuerza radicaba en un excesivo vestuario sospechosamente parecido a los disfraces de carnaval, donde se desaprovechaba incluso el talento de la principal estrella de la función: Julia Roberts. ¿Su punto fuerte? Fue inteligentemente estrenada en Marzo donde todo exceso no sólo es aceptado, sino bien recibido.