Nicholas Sparks se está conviertiendo en un sello que muy pronto va a alcanzar la categoría de "denominación de origen" en el mundo del celuloide. Y es que sus obras de amor y destinos cruzados se estan conviertiendo en referente para las películas romanticas, las de calidad. ¿Recuerdan "El Diario de Noa"? ¿Y la reciente"La última canción"? Pues "The lucky one" ("El afortunado", en inglés) se ha convertido en la siguiente en engrosar la lista de sus obras llevadas a la gran pantalla, aunque esta vez con mucho menos acierto que las primeras.

La historia inicial es ligeramente inverosímil, pero profunda y conmovedora a la vez. Cuenta la historia de un joven Logan Thibault, un soldado del ejército estadounidense que en plena guerra de Irak encuentra la fotografía de una mujer. Poco después de recogerla y observarla un bunker explota, el bunker donde él tendría que haber estado si no llega a recoger esa foto. Siente que esa bella y misteriosa mujer le ha salvado la vida y decide encontrarla. Cuando lo hace descubre a Beth, una madre soltera sureña en la Luisiana rural, dueña de una "tienda" de cuidado de perros. Al no atreverse a decirle la verdad, decide quedarse a trabajar con ella y enamorarla con el tiempo.

Como antes he dicho, ésta película es una obra llevada con muy poco acierto, porque incluso una chica tan poco romántica como yo puede ver que la base era bastante buena, lo suficientemente buena como para provocar nuestra dulzura y ternura sin llegar a empalagarnos. Pero no ha sido así. "Cuando te encuentre" es una película cuyos 101 minutos pasan sin pena ni gloria delante de los ojos del espectador, y se olvida antes de llegar a los títulos de crédito. Le falta garra, le falta chispa, le falta atrevimiento. En su imperiosa necesidad por agradar a todos los públicos, no deja huella y pierde cualquier indicio de genuidad, conviertiéndose en una cinta mediocre más que pasean por las pantallas de cine y a las dos semanas pertenecen al olvido.

Cada escena de la película se presenta como una bonita fotografía, pero envuelta en un mediocre convencionalismo. No hay tensión dramatica en sus escenas, y la historia se desarrolla de una forma tan ordinariamente paciente que sientes fuertes deseos de acelerarla con un mando que nunca te dan. El progreso de la relacion es insípida y muy poco inspiradora/inspirada, con un Logan que mata su tiempo haciendo pequeñas faenas hasta que Beth acepta lo inevitable, claro que para entonces el espectador ha tirado la toalla de la emoción.

Zac Efron, abandonado su instituto musical, ni con barba consigue quitarse de encima esa cara de niño bueno e inexpresivo que tan poco pega con el traumatizado personaje del soldado Logan. Ni siquiera consigue una buena quimica con su pareja protagonista, y lo convierte en algo falso, sin emoción o pasión. Predecible y buena, pero sin más.