Fui a verla sin tener muy claro lo que iba a ver, y salí del cine sin tener muy claro lo que había visto.

Las brujas es una película que pretende ser infantil y orientada a los niños, y sin embargo el esfuerzo por plasmar la crudeza de Roald Dahl la convierte en la última película que quieres que tu hijo vea.

Llena de mensajes desconcertantes, escenas que para los más pequeños pueden llegar a ser traumáticas y una nula capacidad reflexiva o de enseñanza la convierten en completamente inadecuada para el target infantil.

Esto, que no es necesariamente malo, se convierte en tal cuando vemos que la película tampoco cumple como filme de terror, ni como thriller, ni como película de fantasía, ni como absolutamente nada.

Visualmente es atractiva, las escenas y la interpretación de Anne Hathaway son geniales, los ratoncillos están bien hechos y contadas veces puedes llegar a sonreír, pero hasta ahí llegan las virtudes.