Resulta que debajo de mi casa abrieron un videoclub llamado “Videoclub 86”, en él solía entrar a mirar esas cajas enormes de películas en su versión Beta o VHS. En la zona de cine bélico siempre me llamó mucho la atención una en la que aparecía una mano con en símbolo de victoria (más tarde comprendí que se trataba del símbolo de la paz) de la que nacían unas preciosas piernas de mujer con zapatos de tacón. Bien por su singularidad o por el morbo que me daba esas largas piernas, siempre deseé ver esa película.

Ahora veinte años después lo he conseguido, y solo puedo expresar mi más profunda decepción. Representa una filosofía retrograda, donde es lícito hacer la vida imposible a aquellos compañeros que no comparten su filosofía, donde la mujer en un objeto sexual o la hiena sin cerebro que ríe por los “ingeniosos” chistes de estos creídos médicos, donde un amigo abre sus sentimientos para luego ser pasto de la sorna y burla de sus compañeros (que por cierto, yo no le veo la gracia). Me recuerda a esas películas de universitarios bromistas o a la popular saga porki´s, pero bajo la manta de crítica belicista en defensa de la paz, un punto a su favor.

Es cierto que cuenta con un guión ingenioso en ocasiones, seguro que motivado por un sentimiento hippie (la película es de 1970) a favor del sexo libre y la paz en el mundo, donde tanto el ejército como la religión son el resultado de constante mofa. Buenas intenciones si, pero se olvidaron de la igualdad de géneros, una pena.

“Ess todooo”