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México México · Distrito Federal
Voto de Sergio Jiménez:
8
Ciencia ficción. Thriller Cuatro hombres trabajan en un garaje construyendo aparatos altamente complejos. En parte por accidente y en parte por su pericia, descubren un mecanismo dotado de poderes que les permite conseguir casi todo lo que quieran. Se trata de un hallazgo que podría cambiar el mundo, pero que pondrá a prueba las relaciones entre sus inventores... (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mayor curiosidad de esta película es que para ser tan racionalista, matemática, aséptica y científica, es necesaria mucha INTUICIÓN para su lectura.

La intuición nos indica que algo IMPORTANTE está pasando, incluso llegamos a entender que se trata de viajar en el tiempo. La intuición nos indica que es posible para el ciudadano “común”. La intuición nos dice que es una mina de oro que debe ser protegida de otros ávidos.

La intuición sigue funcionando: sabemos que el otro (o los otros) va (van) a tratar de sacar ventaja, incluso sabemos que él sabe que sabemos. Como podemos ver, aunque la película trate de temas “científicos” y “matemáticos”, es más inteligente que eso y es porque habla de la insufrible y perene NATURALEZA HUMANA.

Los temas científicos de base para el viaje en el tiempo, así como la manufactura de la máquina, son solo el pretexto para retratar la naturaleza humana, de ahí que haya muchísimas quejas de que los diálogos técnicos y procesos industriales NO son ciertos o son claramente (para el que es matemático, físico, científico, etc.) equívocos o jerigonza; sin embargo esto no contradice el espíritu de lo que debe ser una película: es la misma queja de siempre cuando cierto tipo de espectadores neuróticos se sienta a ver una película de Superman sin poderla disfrutar porque no existe una fórmula satisfactoria de cómo sus células procesan la energía solar hasta convertirla en antigravedad y rayos láser, y con el colmo de que no la pusieron bien expuesta en una pizarra para que la pudiéramos copiar todos los demás.

Cierto es que le faltaron dos o tres tomas más para hacer una narración más fluida y que de todos modos no hubieran traicionado el ritmo, ni el suspenso, ni el acabado de la película que se conoce. El costo de esta carencia es que probablemente no alcance más posteridad.

Es una de esas pocas películas que terminando de ver me he sentido impulsado hacia internet para: 1. Entender la trama y 2. Enterarme de sus curiosidades de producción (director, actores, curiosidades).
Primer te despierta el gusto de querer saber más. Conocer las matemáticas que serían necesarias para viajar en el tiempo, los mecanismos (circuitos electrónicos) y materiales industriales y, ¡claro! La naturaleza humana (avidez, traición, engaño, ilusión, planeación o premeditación, revanchismo, celos, amor, enojo, angustia, existencialismo, burocracia, desconfianza, etc.).

Si la vas a ver con una mente lógico-racional: tache. Si la llegas a ver con la INTUICIÓN encendida, te va a ir mejor. Cual sea tu caso deberás estar preparado para salir vapuleado y adolorido de la experiencia, igual que los protagonistas ¿O qué, no lo sabías? Las películas son máquinas del tiempo.
Sergio Jiménez
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