La ciencia-ficción podría dividirse básicamente en dos ramas: por un lado tenemos la que se apoya sobre sus efectos especiales para narrar una historia o dibujar un microcosmos y en un segundo lugar, la discursiva, la que tiene un mensaje profundo, o eso intenta, la que dice más de lo que cuenta. La que susurra las ideas y es el espectador el que tiene que moldearlas. 'Brazil' de Terry Gilliam es una de este último grupo, o 'Dark City" de Alex Proyas, e incluso la primera película de la trilogía 'Matrix'. 'Alphaville' también se suscribe en esta categoría... a medias.

El problema de la película de Godard es que no cuenta nada nuevo. Dice mucho, hay mucho diálogo pseudo-filosófico, mucha idea suelta, mucha voz en off que nos explica el más mínimo detalle. Pero a la hora de verdad, todo lo que dice no sirve para nada. Es vacuo, no tiene demasiado interés más allá de su visionado y, en realidad, simplemente se puede entender la obra como una forma de contar exactamente lo mismo que mil más, pero aquí buscando el discurso filosófico, pretencioso y pedante, algo de lo que pecan infinidad de cintas francesas del género (El planeta salvaje, por ejemplo).

Así, se nos lleva a la ciudad de Alphaville, donde se nos narra mediante el personaje de Eddie Constantine -patético actor, por cierto- la historia de esta distopía, se nos muestran sus personajes, sus motivaciones... y nada más. Todo esto durante más de hora y media, lo que lleva irremediablemente al tedio, pese a tener algunos pequeños elementos decentemente implementados del cine negro. Pero más allá de esto, la cinta es totalmente fallida. Final absurdo, tópico hasta el extremo... me quedo con películas posteriores del género. Y de Godard, con "La novia vestía de negro".