Uwe Boll mola(ba). Cuando hacía cine que nadie quería ver, salvo cuatro tarados –como servidor- era algo así como la excepción que confirmaba la regla. No porque sus películas fuesen buenas, pero al menos eran divertidas, cruzando esa fina línea en la que no se sabe si uno se ríe ‘con’ o ‘de’. Aún con todo, su mejor trabajo siempre ha sido “House of the Dead” en términos de hilaridad, o “Rampage” cuando se ha puesto serio. “Assault on Wall Street” no tiene nada que le falte a aquellas más allá de la magia, la chispa, lo que hacía del cine de Herr Doktor algo especial. Es simplemente una más.

Tenemos como protagonista al Drácula discotequero de “Blade Trinity”, Doninic Purcell, el último actor que ha encontrado en Uwe una fuente de ingresos (han hecho tres películas juntos en un año), y por ahí de fondo a Edward Furlong valkimerizado. La historia va sobre un tipo bonachón que tras ser dejado de lado por el sistema y toreado por la burocracia, decide atracar Wall Street para sacarse una pasta que necesita para ayudar a su mujer. De fondo, algún eco a “American Psycho” (como en también genial obra de Uwe, “Siniestro”, con el mítico Casper Van Dien), pero sobre todo, de “Un día de furia”.

El problema es que no es suficientemente mala, ni tampoco buena. Así que se queda en una cosa regularcilla, modesta y sosa, que imagino que ya estará en la cola de la programación de Antena 3 para algún fin de semana de los próximos 24 meses. No es un mal destino, aunque en Estados Unidos fue el primer estreno en cines de Uwe desde hacía tres años. Paradójico.