Después de sorprender a propios y extraños con su interesantísima y personal primera película de Spider-Man, Sam Raimi volvió a demostrar pulso con la segunda, una cinta más centrada en la introspección de los personajes que en el efectismo barato. Desgraciadamente, a la hora de cerrar la trilogía el director americano ha pecado en el aspecto en que las otras destacaban, y ha convertido su obra en puro artificio sin ningún valor una vez se abandona el cine.

Spider-Man 3 se ciñe a eso de "el que mucho abarca poco aprieta", presenta una trama que intenta ser rica en el terreno emocional -no en vano, la gran mayoría de la cinta es una pseudo-trama amorosa-, en las batallas espectaculares, presentando hasta tres enemigos de forma simultánea... y para eso Raimi ha decidido desarrollar una cinta de dos horas y veinte minutos. Desgraciadamente se centra en lo que no debe, inflando la obra con momentos ridículos que no aportan absolutamente nada, cortando el ritmo.

No soy un fiel seguidor del cómic pero me han faltado dedos para contar incongruencias o fallos, desde la aparición sin justificar de Gwen Stacy -fusilando la trama del tebeo-, al diseño de algunos personajes, etcétera. Donde debería destacar, en las escenas de acción, la cinta se queda a medias, presentando algunos combates bien hechos y otros tremendamente horrorosos. Los efectos especiales, irónicamente, son bastante normaluchos -salvo en la recreación del Hombre de Arena, fantástico-, lo que a mi personalmente me hace preguntarme dónde se ha gastado Raimi los 250 millones de dólares de presupuesto.

Un guión plagado no sólo de clichés sino además fallos tontos y frases realmente malas tampoco ayuda demasiado. Por suerte tiene algún momento cómico que ayuda a sobrellevar un poco lo pesado de varias escenas (especialmente los protagonizados por J.K. Simmons y Bruce Campbell). Lo mejor de la película, sin duda, el intervalo en el que Spidey toma contacto con el simbionte hasta que decide "romper" con él en la iglesia, dejando lugar a la mejor escena de la cinta que, por desgracia, no se mantiene en ese pico la hora siguiente. Continuaré en spoiler, si bien todos sabemos quién es el enemigo de la película.

Sinceramente, me esperaba muchísimo, muchísimo más. Es cierto que la película entretiene y es un pasaratos decente, pero carece de la epicidad, llamémoslo así, que tenían las dos anteriores, o al menos, la segunda. Como conclusión de la trilogía me parece deficiente, falla en lo que debería destacar -por Dios, V....-, carece de la magia de las anteriores y, por descontado, se aleja completamente de la que -para mi- es la mejor trilogía basada en cómics: X-Men. Decepción rotunda, aunque evidentemente sigue siendo totalmente superior a Elektras, Daredevils y "cosas" similares.