Nicolas Winding Refn se hizo 'mainstream' con "Drive" (2011), pero curiosamente su obra ya nos había llegado a España (trilogía Pusher, Fear X) pasando algo desapercibida. Todo parecía una sorpresa cuando aquella película con Ryan Gosling consiguió instalarse en la memoria cinéfila de miles de personas, pero lo cierto es que aquello no era más que un alto en el camino. Refn, como todo autor, goza de ciertas ambiciones creativas que le obligan a moverse y no quedarse anclado en un mismo sitio. De todo esto ya he hablado con anterioridad(1), por lo que voy a centrarme en su nueva producción, "Only God Forgives" (2013), cinta que fue abucheada en Cannes y que viéndola, es fácil entender el motivo. No es que estemos ante un mal film, pero desde luego es uno en el que cuesta entrar y al hay que 'perdonarle' (se sea o no Dios) ciertos tics para disfrutarlo incluso a dosis muy controladas.

Refn y Gosling vuelven a aliarse y se mudan a Bangkok para contarnos una historia de venganza puramente sensorial, en la que la narración es escasa a nivel de texto y se apoya en la imagen para crear sensaciones y definir el tono de las escenas. Rodada con estilo, aunque forzando un poco la búsqueda de la imagen 'cool', el realizador es capaz de sustentar una trama sencilla que sirve para -entre líneas- hablar de temas más serios, presentándose a una familia mafiosa muy particular en la que la relación con la Madre -por parte de sus hijos- es bastante inaudita, forzando las referencias a Edipo. Es una pena que tanto talento en la puesta en escena no sea mejor empleado para contar algo con un poco más de garra, y es que incluso los recursos como el uso de colores saturando los planos a veces funcionan a marchas forzadas. La mejor forma de resumir la película sería la de imaginar a una persona caminando sobre una fina cuerda, representando en un lado lo razonable y en otro lo ridículo. A veces, la mueca termina cayendo de este segundo lado (ciertos ralentis, algún fundido pobre).

Como película sensorial funciona pero no tan bien como lo hacía "Drive", mucho más dedicada a usar los recursos para narrar algo, ni de forma tan sólida como lo hacen filmes como "Enter the Void" (Gaspar Noé, 2009) o "Amer" (Hélène Cattet & Bruno Forzani, 2009). Yo la recomendaría para quienes conozcan la obra de Refn y hayan disfrutado, principalmente, con propuestas de abstracción pura como "Valhalla Rising" (2009), pero los que esperéis una secuela de su película anterior, ni os molestéis.

1. Artículo dedicado a la obra de Refn: http://www.acuartaparede.com/nicolas-winding-refn/?lang=es