Carrie de Kimberly Peirce es la cuarta entrega desde que en 1976 la realizara Brian de Palma, por vez primera, sobre la novela del mismo nombre escrita por Stephen King en 1974. Se trata de un remake imitado de la película de 1976 sobre la joven Carrie White (Chloë Grace Moretz), que en la de Brian de Palma protagonizó Sissy Spacek como la misma. La joven Carrie tiene la leve imperfección de poseer poderes psíquicos, con los que puede mover material inanimado con su mente cuando entra en cólera. Su madre Margaret, interpretada por la hermosa actriz Julianne Moore, intentará por todos los medios de contenerla y privarle de los hábitos mundanos mediante la religión. En la primera hora del film se irá desarrollando la angustia y el padecimiento moral de la joven Carrie hasta que es invitada por un chico al baile de graduación. El contenido del filme no impresionará lo suficiente a los conocedores de la historia que vieron el debut y la primera aparición en pantalla de Carrie, pero los adolescentes del día de su estreno en 2013 la acogieron como un nuevo personaje presente del símbolo de terror contemporáneo. No sé si quedó contento el escritor de Portland (Stephen King) con esta nueva adaptación o si es más fiel a la novela que todas las otras versiones, pero yo crecí con la película de 1976 y fue la que mas me impactó mediaticamente. De todos modos esta nueva Carrie está a un buen nivel para ser vista.