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Voto de Havezethario:
7
6,8
64.266
Ciencia ficción. Aventuras. Acción. Fantástico
Antes de que los mutantes se dieran a conocer y adoptaran los nombres de Profesor X y Magneto, los jóvenes Charles Xavier (James McAvoy) y Erik Lehnsherr (Michael Fassbender) empezaban a descubrir sus poderes. No había animadversión alguna entre ellos, sino que los unía una sincera amistad y el deseo de trabajar juntos y entrenar a un grupo de jóvenes mutantes para evitar el Armagedón nuclear. Su enemigo común: el malvado Sebastian Shaw ... [+]
5 de junio de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando en 2006 se estrenó "X-Men 3: La Decisión Final", el mismo Matthew Vaughn (que fue candidato para dirigirla) la criticó con la siguientes palabras: "Podría haber hecho algo cientos de veces mejor que la película que se terminó haciendo. Suena arrogante, pero podría haber hecho algo con mucha más emoción y corazón. Probablemente me van a regañar por decirlo, pero francamente lo creo."
Pues bien, sobran los paliativos: Matthew Vaughn acaba de limpiarse el culo con las películas de Brett Ratner y Gavin Hood.
¿Por qué? Pues porque "X-Men: Primera Generación" es una buena película. Al margen de ser una precuela, o ser un reinicio o ser una adaptación de cómics: es una película disfrutable y con verdadero valor propio al margen de las categorías a las que pertenece o a qué está ligada. Es una película con aventuras, con tramas de guerra y espionaje, con grandísimas escenas de acción y, además de eso, posee una dimensión humana que se atreve a adentrarse en el lado frágil de algunos personajes, sostenidos por unas interpretaciones estupendas. James McAvoy, Michael Fassbender, jennifer Lawrence y Kevin Bacon están en estado de gracia.
Y lo más importante: el director y los guionistas sí quieren hacer una buena película y aprovechar el potencial de lo que ha sido puesto en sus manos, y no se han limitado a hacer de esta película una cadena de exhibiciones efectos especiales, poses de viñeta y guiños a los lectores. Las dos últimas entregas de "X-Men" fueron eso.
En "X-Men: Primer Generación" aparecen casi todos los ingredientes clásicos y típicos del cine de superhéroes al que nos tiene acostumbrada la Marvel: acción, efectos, actores guapos, muchísimo dinero, secundarios famosos y humor más blanco que una escayola. Y sin embargo, en esta película prima lo humano por delante de lo demás.
Y ojo: yo disfruto muchísimo con las películas de Michael Bay, y para qué negarlo, con todas las películas de superhéroes. Pero de vez en cuando una dosis de este tipo de cine sienta genial, y además me lleva a preguntarme lo grandes y memorables que podrían ser todas esas otras películas si se hubieran concebido como esta.
Venga, lo voy a decir: es la mejor película de X-Men y la mejor de Marvel. A la mierda. Y se supone que es una precuela, pero por mí ya podría ser un reinicio en toda regla. Es casi para los mutantes lo que fue "Batman Begins" para el hombre murciélago.
Y si a última hora pusieran a Zack Snayder de patitas en la calle y pusieran a Matthew Vaugn a los mandos del nuevo Superman, yo alzaría mi copa.
Pues bien, sobran los paliativos: Matthew Vaughn acaba de limpiarse el culo con las películas de Brett Ratner y Gavin Hood.
¿Por qué? Pues porque "X-Men: Primera Generación" es una buena película. Al margen de ser una precuela, o ser un reinicio o ser una adaptación de cómics: es una película disfrutable y con verdadero valor propio al margen de las categorías a las que pertenece o a qué está ligada. Es una película con aventuras, con tramas de guerra y espionaje, con grandísimas escenas de acción y, además de eso, posee una dimensión humana que se atreve a adentrarse en el lado frágil de algunos personajes, sostenidos por unas interpretaciones estupendas. James McAvoy, Michael Fassbender, jennifer Lawrence y Kevin Bacon están en estado de gracia.
Y lo más importante: el director y los guionistas sí quieren hacer una buena película y aprovechar el potencial de lo que ha sido puesto en sus manos, y no se han limitado a hacer de esta película una cadena de exhibiciones efectos especiales, poses de viñeta y guiños a los lectores. Las dos últimas entregas de "X-Men" fueron eso.
En "X-Men: Primer Generación" aparecen casi todos los ingredientes clásicos y típicos del cine de superhéroes al que nos tiene acostumbrada la Marvel: acción, efectos, actores guapos, muchísimo dinero, secundarios famosos y humor más blanco que una escayola. Y sin embargo, en esta película prima lo humano por delante de lo demás.
Y ojo: yo disfruto muchísimo con las películas de Michael Bay, y para qué negarlo, con todas las películas de superhéroes. Pero de vez en cuando una dosis de este tipo de cine sienta genial, y además me lleva a preguntarme lo grandes y memorables que podrían ser todas esas otras películas si se hubieran concebido como esta.
Venga, lo voy a decir: es la mejor película de X-Men y la mejor de Marvel. A la mierda. Y se supone que es una precuela, pero por mí ya podría ser un reinicio en toda regla. Es casi para los mutantes lo que fue "Batman Begins" para el hombre murciélago.
Y si a última hora pusieran a Zack Snayder de patitas en la calle y pusieran a Matthew Vaugn a los mandos del nuevo Superman, yo alzaría mi copa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es admirable que Vaughn haya correspondido a sus propias palabras casi apenas empezar la película, regalándonos una tiernísima escena en la que un temprano Xavier acoge a una pequeña Mística como a una hermana y le hace una promesa que no llegará a cumplir.
Y diantres, qué escenas más emotivas las de Magneto, especialmente aquella en la que descubre que sus poderes son únicamente fruto de una profunda herida interior y que quizá por ello nunca jamás podrá usarlos para el bien de la Humanidad.
Además, llega a sorprender el desprecio que el director y guionistas parecen sentir hacia las películas de Ratner y Hood, pues en esta película vemos cómo Xavier quedó paralítico siendo joven (de forma bastante impactante, debo decir), mientras que en aquellas otras dos entregas (en una en un flashback, y en la otra cerca del final) le vemos caminar cuando ya no tiene pelo.
Y diantres, qué escenas más emotivas las de Magneto, especialmente aquella en la que descubre que sus poderes son únicamente fruto de una profunda herida interior y que quizá por ello nunca jamás podrá usarlos para el bien de la Humanidad.
Además, llega a sorprender el desprecio que el director y guionistas parecen sentir hacia las películas de Ratner y Hood, pues en esta película vemos cómo Xavier quedó paralítico siendo joven (de forma bastante impactante, debo decir), mientras que en aquellas otras dos entregas (en una en un flashback, y en la otra cerca del final) le vemos caminar cuando ya no tiene pelo.