Damas y caballeros, cuando recuerdo esta divertidísima y entretenidísima película siento que a hoy día tenemos pocas como esta.

Pero en realidad no es así, pues salvo por el siempre estupendo Dennis Quaid y la enorme bestia digital que le acompaña en sus aventuras, la película tiene más bien poco que contar. Quizá la relación entre el protagonista y el villano interpretado por el actualmente muy bueno pero antes no tanto David Thewlis. Lo demás, la clásica historia del rey opresor y el pueblo rebelde que llevamos oyendo desde los Cantares de Robin Hood.

Randy Edelman hace un buen trabajo santificando a la criatura con sus melodías, aunque lo que yo más agradezco son algunas piezas de las escenas de acción y comedia.

Y sobra decir que el dragón (doblado en versión original por Sean Connery y por Francisco Rabal en español) está incomparablemente bien hecho y nos ofrece escenas magníficas. No tiene nada que envidiar a los dragones del cine del nuevo milenio, y además no eclipsa excesivamente a los demás actores. Sus movimientos (destacando sus escenas de vuelo), su expresividad (que incluye movimientos labiales al hablar) y sus llamaradas (es prácticamente distinguir fuego real del digital, si es que hay de los segundo) son al 100% realistas, auténticos merecedores del Oscar a los Mejores Efectos Especiales que se llevó "Independence Day".

Disfrutable y palomitera aventura medieval repleta de espadas y fuego.