La verdad es que yo siempre creí que Spiderman se quedaría para siempre en los cómics, o en los dibujos animados. Siendo un niño, esta adaptación en acción real aprovechando los avances en los efectos CGI fue toda una sorpresa, muy agradable cuando la ví anunciada.

La verdad es que, vista en el cine con 12 años, fue magnífica. Un gustazo, mi amigo y yo salimos encantados. Espectacular, divertida, romántica, oscura y, sobre todo, cargada de aventura. A medida que la recuerdo siento un mayor agradecimiento por el señor Sam Raimi, que sin pretender crear una obra maestra del cine ni nada trascendental, nos brindó una incomparable sesión palomitera tan disfrutable para pequeños como para mayores.

Lo cierto es que que Spider-Man supuso el inicio de una gran cadena de adaptaciones de superhéroes de Marvel. Hay quien dice que ésta empezó con X-Men, pero permítome rebatirlo, pues la de X-Men no arrastraba antes de los créditos la apertura característica de Marvel de la que han seguido los demás. X-Men, a pesar de su mejor argumento, no logró desarrollar con tanto éxito el carisma de los superhéroes o supervillanos, la magia de los superpoderes ni el trasfondo amoroso, ni mucho menos, la calidad como adaptación. Sam Raimi tuvo el valor de mostrarnos a Spiderman con el traje de siempre.

La película está llena de estupendas virtudes, destacando las entrañables interpretaciones de Tobey Maguire (quien le da un gran carisma al superhéroe con o sin superpoderes y máscara), Kirsten Dunst (no sólo guapa, sino también adorable, genuina y viva ante la cámara), Willem Dafoe (tan siniestro que no necesita máscara) y JK Simmons (tan hijop**a como podía esperarse de su personaje, y más), acompañados de muy buenos secundarios.
Los efectos especiales también son un gustazo, pues no sólo toman al Spiderman de los cómics con las manos abiertas y sin dejarse nada para traerlo a la pantalla, sino que crean una nueva visión de él, mucho más espectacular de lo que cualquier otro medio nos hubiera permitido.

No puedo decir que me guste la banda sonora de Danny Elfman. Se me hace repetitiva, grandilocuente (suena más alto y más largo de lo debido) e infantilmente circense. Cuanto menos acompaña.
Lo único importante en lo que decae la película es que, a medida que avanza, va estancándose y cerrándose en una lucha de bueno contra malo en el que uno va ganando, luego el otro, luego el otro, y así hasta que gane quien tenga que ganar.
Hay una o dos escenas que se me hacen un poco tontas, que comentaré en spoilers, junto con una diferencia con el cómic que yo, personalmente, considero muy sustancial.


Por lo demás, un verdadero placer de cine de aventuras y una nada despreciable sesión de "palomitas y coca-cola grande" para todos los públicos, que recupera y transmite una fantasía como sólo Stan Lee nos ha brindado en papel pasado por agua.