Disparatada película de gansters contada (dirigida y escrita) de una manera brillante por Guy Ritchie, con el estilo que se le caracteriza, un humor tan fino y negro como la noche.

La película es una locura total, una combinación de Trainspotting con Goodfellas, presentándonos a los mafiosos y ladrones más astutos y también a los más tontos, con personalidades tan frescas como impredecibles y con el elegante acento británico.

Aunque no estaba un De Niro, un Al Pacino o un Danny DeVito, actores reconocidos en películas de mafia, el reparto contó con cuatro cracks que son Jason Flemyng (Tom), Dexter Fletcher (Soap), Nick Moran (Eddy) y Jason Statham (Bacon), actores que no es por exagerar pero hicieron el mejor papel de sus putas vidas y la etiqueta de película de culto es un indicador de la calidad que hubo y demostraron.