El quién es quién ya lo habíamos visto en Reservoir Dogs, y hecho de una manera mucho más sutil y llevadera, aquí nos encontramos con una trama que sirve más a la duración de la película y la satisfacción básica de los fans que a la calidad de la misma. No quiero entrar demasiado a compararlas, porque entiendo que el objetivo de esta película era más relajado que el de la opera prima de Quentin, pero esto me parece un error, sobre todo cuando inserta una parodia en el final, llamando al patriotismo y después cagándose en él. Parece que no supiera cómo acabar la película de forma más o menos satisfactoria para el espectador, y decidiera acabarla de la manera más anticlimática posible. Tampoco estoy seguro de si el personaje de Tim Roth es una parodia del Christoph Waltz de Django o no, ya que prácticamente el papel entero es una actuación que imita al mismo, reflexionando muy fríamente sobre la ley y la justicia cuando él mismo es un bandido asesino, pero al final podemos ver cómo, en su lecho de muerte, muestra una devoción brutal por su causa (ofreciendo su cadáver como recompensa), al contrario del susodicho en Django, que acaba liándola muy fuerte sólo para satisfacer su odio.

En cuanto a actuaciones, Jennifer Jason Leigh hace un papel bastante jodidamente convincente como mujer despreciable, pero el momento en el que toca la guitarra me parece forzado, dándole de forma casi paródica una sensibilidad superficial que sirve como excusa para poner esa canción en la peli e inducir una de esas actitudes ambiguas que tanto le gustan a Tarantino. Los demás no brillan pero están notablemente correctos, lo cual es algo que hay que agradecer hoy en día. Samuel L Jackson está en su salsa con Tarantino, y siempre se agradece verle, sobre todo con tanto tiempo en pantalla.

En general queda la sensación de que Tarantino quería contar un monton de cosas diferentes y lo ha hecho, aquí la división en capítulos ha tenido una importancia mucho mayor que la de separar la historia, separaba las ideas que quería introducir el direcor y, aunque la historia las unía, seguía habiendo una diferencia muy notable entre ellas. Quedando una película que da una sensación de estar muy separada. Tal vez esto se deba a la cantidad de ideas, o a la ejecución o duración de las mismas, no lo sé,pero creo que Reservoir dogs quedaba mucho más redonda. Aun así, no es una mala película, es autoconsciente y hace muy bien lo que más le gusta hacer a Quentin, pero no aporta nada nuevo a su repertorio, aparte de una película ambientada en el oeste con la que se ha quedado muy a gusto el cabrón. En general, le iba a dar un 7, pero la voy a subir a un 8 por la excelente cinematografía, la banda sonora y porque el 8 sale en el título, y por el pollón del negro.