Después de tantas aventuras de José Luis Torrente que nos trajo Santiago Segura a lo largo de muchos años, nuestro simpático director, guionista y humorista madrileño que cuenta con tres premios Goya en su haber, decidió explorar nuevos horizontes en los que desenvolver sus mencionados talentos.
Y lo más interesante es que desde 2018 está trabajando mucho para poder presentar una película por año.
La primera de estas nuevas comedias, fue la divertida y “ocurrente” (Dentro de lo original que se puede ser en un remake) “Sin rodeos”, protagonizada por una maravillosa Maribel Verdú.
En 2019, llegó con “Padre no hay más que uno”, una divertida comedia familiar sin pretensiones, que era en realidad un remake de otra película argentina. Con esa película, pude pasar uno de mis ratos más divertidos del año en el cine, así que puedo afirmar que Santiago Segura sabe bien que a veces no hace falta crear películas extraordinariamente complejas para agradar al público.
Porque ni “Vengadores: Endgame”, ni “Star Wars: El ascenso de Skywalker” me ofrecieron una experiencia tan agradable en el cine.
La primera por ser demasiado larga, y la segunda por ser un cierre pobre y desesperado, así que claramente puedo decir “Padre no hay más que uno” me gusta bastante.

En 2020, se estrenó “Padre no hay más que uno 2” contra viento y marea, y con todo en contra por lo difícil que fue aquel año cinematográficamente hablando. También me gustó esa película, y fue especialmente necesaria en ese momento.

Para 2021, de forma muy inteligente, Santiago Segura se reinventó, y en vez de estrenar la tercera entrega de su nueva saga familiar, nos trajo otra comedia familiar de temática algo diferente.
Y si he de ser sincero, ésta película también me gustó mucho.
Es, ¿Como no? remake de una comedia francesa estrenada ese mismo año. Lo importante es que esa cinta estuvo especialmente bien para ofrecernos algo similar, pero con un sabor fresco y diferente.

En 2022, Santiago nos ha traído “Padre no hay más que uno 3”, una película que no ofrece absolutamente nada nuevo.
Tenemos más conflictos entre Javier y su familia, con la presentación de Carlos Iglesias en el papel de su suegro (Papel que originalmente iba a interpretar Antonio Resines), y a la pequeña Cristina, que nació en la película anterior.
La dinámica entre los niños puede ser divertida todavía, pero por desgracia ya parece más trillada que el origen de Batman, los cameos ya no son divertidos, y lo que termina pareciendo la cinta es un conglomerado de sketches sin un hilo conductor fijo.

Llevo yendo al cine a ver todas estas películas de Santiago Segura desde 2019, y sinceramente ésta ha sido la primera que no me ha hecho reír ni una sola vez. Así que podría decir que he salido ligeramente decepcionado.