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Voto de Jordicine:
6
5,2
5.722
Intriga. Thriller
Remake del film homónimo de Joseph L. Mankiewicz (1972). Andrew Wyker (Michael Caine), un prestigioso escritor, decide ajustar cuentas con el joven amante de su mujer, un actor en paro (Jude Law). Con este fin organiza un extravagante juego de imprevisibles consecuencias. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2007
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy de acuerdo que ‘La huella' de 1972 es más profunda que la del 2007, pero pienso que a ésta se la ha criticado demasiado. Nada que toque Kenneth Branagh, experto en llevar al cine las complejas obras de William Shakespeare, genera indiferencia. Así de claro. Este film tiene que analizarse con amplitud de miras e imaginación. No hay suficiente con sentarse delante de la pantalla y comer palomitas.
Branagh nos presenta ‘La huella’ desde un punto de vista muy teatral, una arte dramática que domina como pocos directores. Toda la película transcurre en la lujosa y modernísima casa de Wyker, un escritor enamorado de sí mismo. Dos actores, unos diálogos cuidadísimos, como no, y un único escenario. Las únicas imágenes del exterior las vemos en blanco y negro, a través de las cámaras de seguridad. Otro acierto. Pero es que, además, este film hay que tomarlo como un juego. Wyker y Tindle interactúan; nunca saben si las propuestas del otro son verdad o mentira. Ninguno de los dos tiene nada que perder. Prueban...
La interpretación de Michael Caine es espectacular. Es de los pocos actores que brillan hagan lo que hagan. En la versión de 1972 interpretaba al joven que iba a casa del escritor. En ésta es Andrew Wyker, un vividor al que los libros han hecho de oro. En 1972 le acompañaba Laurence Olivier. Ahora su rival es Jude Law. No tengo nada a favor ni en contra de este actor, pero su actuación no es tan desastrosa como he leído. Hay que tener en cuenta que se enfrenta a Caine y, sobretodo, entender que está dentro de un juego. Sobreactua porque lo requiere el papel, no por voluntad propia. Y atención con el doblaje, que a veces hace estragos...
Branagh nos presenta ‘La huella’ desde un punto de vista muy teatral, una arte dramática que domina como pocos directores. Toda la película transcurre en la lujosa y modernísima casa de Wyker, un escritor enamorado de sí mismo. Dos actores, unos diálogos cuidadísimos, como no, y un único escenario. Las únicas imágenes del exterior las vemos en blanco y negro, a través de las cámaras de seguridad. Otro acierto. Pero es que, además, este film hay que tomarlo como un juego. Wyker y Tindle interactúan; nunca saben si las propuestas del otro son verdad o mentira. Ninguno de los dos tiene nada que perder. Prueban...
La interpretación de Michael Caine es espectacular. Es de los pocos actores que brillan hagan lo que hagan. En la versión de 1972 interpretaba al joven que iba a casa del escritor. En ésta es Andrew Wyker, un vividor al que los libros han hecho de oro. En 1972 le acompañaba Laurence Olivier. Ahora su rival es Jude Law. No tengo nada a favor ni en contra de este actor, pero su actuación no es tan desastrosa como he leído. Hay que tener en cuenta que se enfrenta a Caine y, sobretodo, entender que está dentro de un juego. Sobreactua porque lo requiere el papel, no por voluntad propia. Y atención con el doblaje, que a veces hace estragos...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cuando vi al detective que interroga a Caine me dije a mi mismo: ¡Pero si éste también és Jude Law! La caracterización es muy buena, pero sus ojos le delatan desde el primer momento. Pero poco a poco el espectador también se va metiendo en el juego y entiende que es eso, un arriesgado ‘divertimento’. Es igual si Wyker reconoce o no a Tindle. Lo importante es imaginar, jugar al gato y al ratón, intentar sorprender al otro.
De hecho, la mujer del escritor ni sale en pantalla. Ni tan siquiera escuchamos su voz, aunque se supone que el joven ‘aspirante’ habla un par de veces con ella por teléfono. ¿Sabe lo que está pasando? ¿O quizás es ajena a todo? Si hacemos caso a lo que dicen los protagonistas, se acaba quedando con el escritor... que tiene mucho más dinero. Así de sencillo.
De hecho, la mujer del escritor ni sale en pantalla. Ni tan siquiera escuchamos su voz, aunque se supone que el joven ‘aspirante’ habla un par de veces con ella por teléfono. ¿Sabe lo que está pasando? ¿O quizás es ajena a todo? Si hacemos caso a lo que dicen los protagonistas, se acaba quedando con el escritor... que tiene mucho más dinero. Así de sencillo.